La Nación – 31-07-2005

La TV se sometió al voto de los chicos

Con vistas al Prix Jeunesse

En silencio, lejos de cualquier exhibicionismo o de esa precoz “demostración de condiciones” que se ha puesto tan de moda, un grupo de chicos de entre seis y doce años protagonizó, entre el jueves último y anteayer, una atípica y comprometida experiencia activa de contacto con el mundo televisivo.

A lo largo de dos mañanas, alrededor de 75 escolares tomaron posición en la TV que los interpela al pronunciarse a través de un voto individual sobre 21 programas producidos en América latina que aspiran a ser seleccionados para participar del segundo Festival Iberoamericano de Televisión Infantil Prix Jeunesse Iberoamericano 2005, cuya organización lleva adelante, en Chile, el Consejo Nacional de la TV, equivalente trasandino de nuestro Comfer.

El “Jurado de los niños”, que en la Argentina tuvo como escenario una de las aulas del Colegio Marín, de San Isidro, también se lleva adelante casi simultáneamente este año en Chile, Colombia y Uruguay. Los programas elegidos -luego de un escrutinio que tendrá lugar en Santiago- tomarán parte del encuentro previsto para fines de agosto en la capital chilena, en lo que es la versión para nuestro continente de un prestigioso premio de TV infantil impulsado desde Munich, sede central del Prix Jeunesse.

Con el título genérico de “Aquí las notas las pones tú”, los chicos que tomaron parte de esta experiencia recibieron cuatro boletas en las que fueron agrupados los programas vistos por ellos en las dos jornadas. Cada ciclo fue evaluado en cuatro categorías (la historia, los personajes, la música y la enseñanza) con calificaciones numéricas que iban del 1 al 7. En cada boleta figuró el colegio, el curso y la edad del chico votante, pero no su nombre y apellido.

“Hemos elegido el Colegio Marín por la capacidad de sus instalaciones, porque nos dio la posibilidad de integrar a varios colegios en unas mismas jornadas de visualización y, sobre todo, porque les permitió a los chicos «perder» horas de clases para ver televisión. En la primera experiencia, hace dos años, sólo votaron chicos chilenos. Ahora ampliamos esa posibilidad hasta nuestro país”, comentó Aldana Duhalde, representante en la Argentina de la Fundación Prix Jeunesse y productora general de esta iniciativa, que también contó, en todo su desarrollo, con el aporte de la Fundación para la Televisión Educativa (FundTV).

Tres expresiones

En el aula tomaron parte en forma conjunta y simultánea de la actividad alumnos del tercer, quinto y séptimo año de la EGB (educación general básica), correspondientes a tres escuelas dependientes del Marín que representan a otros tantos estratos socioeconómicos: el Colegio Carmen Arriola de Marín, el Santa María Luján y el Plácido Marín; este último, situado en la zona de Bajo Boulogne y al que asisten chicos de familias con importantes necesidades socioeconómicas.

Adrián Amatucci, coordinador de realización técnica del Grupo Educativo Marín, destacó la compenetración de los alumnos, así como su capacidad para integrarse en las actividades. “Todo esto llevó un buen tiempo de preparación en talleres especiales que nosotros mismos impulsamos. Lo más interesante de las conclusiones de esos talleres previos fue, quizás, el haber comprobado que la opinión de los grandes y de los chicos respecto de la televisión casi nunca coincide”, dijo.

Los chicos se pronunciaron con su voto por una veintena de programas –cuya extensión iba de los cuatro a los treinta minutos– producidos en la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, España, México y Venezuela. Las tres realizaciones de nuestro país, en una categoría que comprendía tanto ciclos de animación como protagonizados por actores y actrices, fueron “Los peques”, “Sueños mágicos” y “Sólo arena”.

El primero es un conjunto de cortos animados realizados digitalmente y en 3D por la productora neuquina Power Comunicación, sobre motivos y temas relacionados con la vida de un grupo de pequeños seres de aire mitológico en la región patagónica; el segundo, una serie de extracción fantástica que mezcla animación y personajes de carne y hueso, ya difundida entre nosotros a través de Canal 9, y la última, un corto dirigido por Eliana Chiar, cuya temática también se ocupa, aunque no explícitamente, de la Guerra de las Malvinas.

Después de pasar unas ocho horas (divididas en dos jornadas de cuatro) atentos a la secuencia de programas exhibidos en video y pantalla ampliada dentro del aula y votar, los chicos consultados por LA NACION coincidieron en señalar que, de tan acostumbrados a seguir programas en la TV local no pensados en principio para ellos, se sintieron tan sorprendidos como gratificados por seguir ciclos “pensados para nuestra edad”.

“Menos burlas a la gente”

Y a la hora de hablar sobre la televisión que ven y esbozar alguna idea sobre lo que no debería faltar, las opiniones se repartieron. “Me gustaría que hubiera menos burlas a la gente”, se animó Eric, de 11 años, del Plácido Marín. “Yo empezaría con noticias y servicios como el tiempo y el estado de las calles, y seguiría con algún concurso de preguntas, como el de «Minipulsaciones»”, respondió Horacio, de 12, del Carmen Arriola de Marín. “Pude ver las diferencias de programación que hay entre diferentes países, que nos sirve mucho para aprender”, agregó Sofía, también de 12 y del mismo establecimiento.

Algunos dijeron ver sobre todo programas de dibujos, otros confesaron que no se pierden “ShowMatch” (aunque no faltaron aquí las objeciones a “las malas palabras”, a las “cosas eróticas” y a algunos momentos en los que allí “se ríen de los chicos”) y no faltó quien dijera que aquello que no debería verse en un programa para chicos es “todo lo dramático”. Y entre lo indispensable, la mayoría emitió un voto cantado: lo mejor está en “Los Simpson”.

Por Marcelo Stiletano
De la Redacción de LA NACION