La Nación – 21-04-2007

La educación digital, un desafío.

Por Silvia Bacher.

“Es necesaria una revolución educativa. Sé que es casi imposible de imaginar una revolución tan importante, pero podemos exigirla para hacer un mundo mejor. Es costosa, hasta el punto que hablo de una utopía de la educación”, afirmó Marc Augé durante su paso por Buenos Aires.

El antropólogo francés se apasiona cuando habla de las problemáticas de los jóvenes, las que sintetiza en tres complejos campos: la ciencia que acelera las diferencias entre instruidos y no instruidos, el problema del empleo-desempleo, y el de una educación, que es cuna de desigualdades profundas.

“Dentro de los nuevos contenidos educativos es necesario que niños y jóvenes no sean alienados a las tecnologías de la comunicación, sino a controlarlas. Corresponde a la educación -dijo Augé- modificar una relación de pasividad respecto de ellas.”

Impulsar la inclusión

La alfabetización digital es esencial para lograr una democracia digital enmarcada en una concepción integral de democracia. Es preciso estimular la inclusión social y, en ese marco, también la digital. Augé opinó: “La educación debería enseñar a los jóvenes a dominar esos medios, porque la desigualdad tiene sus raíces en el dominio de la lengua y la facilidad para expresarse”.

A partir de la aparición de las pantallas electrónicas se generaron profundos enfrentamientos con las pantallas tradicionales como el pizarrón o el libro. En nuestro país las políticas educativas han sido erráticas e insuficientes en este campo. Ni siquiera tuvo que ver necesariamente con falta de inversión, sino con falta de proyecto. Desde las aulas se pasó del rechazo a la fascinación acrítica de las nuevas tecnologías de la información. Desde el Estado hoy se habla de nuevos proyectos como el impulsado por Nicholas Negroponte, Una Laptop por niño (OLPC), que promete saturar pequeñas comunidades con computadoras de bajo costo dadas en comodato a docentes y alumnos.

Entretanto, desde diferentes organizaciones se trabaja para que la inclusión se torne masiva.

La escala es por supuesto insuficiente y surge aquí un nuevo desafío: el de lograr alianzas que lleven esas experiencias a escala mayor. Entre las organizaciones pioneras se encuentran la asociación civil Las Otras Voces, Comunicación para la Democracia , queimpulsa proyectos como la Red Nacional de Radios Escolares Aprender con la Radio y la Red Regional Entre Jóvenes.

El fin es que las tecnologías sean vías para que voces habitualmente silenciadas sean escuchadas. Otra organización es Chicos.net, que busca la alfabetización digital y el uso de Internet segura.

La autora es especialista en comunicación y en educación, y asesora de organismos internacionales